Día 23 - Mirando al cielo a 10.000 kilómetros de tus besos

Ayer estaba triste, y te echaba de menos. Pero me acosté con una sonrisa, ¿La razón? Después. Hoy sí, te sigo echando de menos, pero hoy soy más feliz, 4 días ni más ni menos.

Hablemos de lo que pasó ayer para acostarme tan feliz. Aproximadamente la 1 de la madrugada, vagabundeaba yo por Facebook cuando la vi entre tus novedades, una fotografía, que no sé quien la sacó, no sé quien la ha colgado, pero tiene mi mas profundo agradecimiento. Por el momento la foto es un secreto, hoy tengo demasiadas fotos para acompañar esta entrada. Mañana. Esa foto me encanta, me hizo sonreír anoche y hoy, y mañana seguramente también. Ahora forma parte de los archivos de mi ordenador gracias a la maestría de un pantallazo (Ya que no la podía descargar). Ya lo he dicho, me encanta, me encantas.

Hoy ha sido una mañana intensa, desde hace aproximadamente unas 12 horas (Son las 23:47) me he convertido en una rescatadora de pajarillos que se quedan en la terraza (Adjunto foto del susodicho bichito). Pues sí, hoy esta cosita tan mona se ha colado en la terraza y no podía salir, así que ahí he ido yo a cogerlo en la manita, después de maniobras incontables y de deshacerme del perro, que se lo quería comer, lo he entrado en casa, lo he sobeteado un rato y justo lo he sacado a la calle, donde espero que se haya podido reunir con su susodicha madre (Muy ruidosa por cierto).

Hoy he estado con tus amigos y me lo he pasado realmente bien. Soy feliz. Ha sido un día genial. No sé si quedará rastro de esto cuando vuelvas, pero es un detalle que me gustaría recordar. Ahora mismo tengo al lado de la cadera un tatuaje de Hello Kitty con una sombrilla (Básicamente es un calcamonía, no nos echemos las manos a la cabeza). Que no se diga que yo no hago aprecio a lo que me trae mi madre de la fábrica de Lacasitos.
Y aquí lo tenemos, cuando leas esto supongo que te reirás, igual que yo me río cada vez que frente a un espejo me levanto la camiseta para encontrarme "esto" (Y lleva purpurina y todo). Espero que cuando vuelvas te dignes a ponerte uno a juego, que en total tengo unos 50 y se echan a perder si no se usan.

Te quiero mucho, cielo.
Lejos, extremadamente lejos de tus besos, intentando en vano cazar las estrellas con los dedos.
Echándote de menos, tu carita de melocotón, tu boca, tu pelo, ma...