miércoles, 14 de septiembre de 2011

Día 31 - La petite mort

Piel. Sobre la pared, un beso tras otro se sucede inundando la boca ajena con lenguas extraviadas, dislexias en medio de caricias sin sentido de lectura, desorden de palabras. Y más besos, más piel, una camiseta fuera, un sujetador que cae.
El pasillo resulta un trayecto breve, preludio de un suspiro de viscolástica. Tu cuerpo que se derrama en mi boca en una marea de saliva, suspiros, corazones que se aceleran. "Te deseo". Besos que cada vez se tornan más tórridos, más piel al descubierto, un beso, un mordisco; un dedo se cuela entre el elastán y el algodón de mis bragas, me buscas y me masturbas, me muerdo los labios, tu boca baila entre el estrecho de mis pechos, y sigue bajando. Húmeda, tu lengua me moja arrancándome un orgasmo, me corro entre tus labios.
Mi turno. Te lamo por entero mientras mis manos se pierden mas allá de tu ombligo, te masturbo mientras me besas, besos rápidos y desordenados entre algún que otro jadeo, te muerdo en el cuello, tú te estremeces. Quiero lamerte despacio, que me acaricies el pelo mientras te tumbas y te dejas llevar, cierras los ojos, mi boca acelera a la par que mi mano, que sigue su ritmo, te desvaneces en un suspiro. Paro.
Empezamos haciendo el amor despacio, un condón menos, tanteo y te deslizas lentamente, yo suspiro, tu tensas el cuello, que muerdo. Danzan las caderas solas, alante y atrás, arriba y abajo. Cambio. Tú marcas el ritmo mientras yo despacio me elevo ,te veo entero, tu cuerpo, me pones, me sujetas por la cintura, juegas con el ritmo, gimo, un suspiro, tu vas cada vez más rápido, me voy, me corro y tú conmigo.


Hoy la temperatura elevada de mi cuerpo a causa de la fiebre tiene una pequeña-gran utilidad. Hacía mucho, pero mucho que no me ponía a escribir algo erótico y ya era hora de retomar el hábito, sobre todo en pleno apogeo constante de imaginación, parques, garajes y tus besos. Quiero ponerme buena >.<

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